Dificultad: Baja
Tiempo: 5 horas (ida y vuelta)
El gran clásico del Parque Nacional. Puede que en verano esté algo atiborrada pero conserva siempre su magia, el encanto de cascadas indescriptibles y un paisaje en evolución. Además, es una de las excursiones que más cambio según la estación del año. Parte de la Pradera de Ordesa a 1.323 mtrs. Adentrándose en el hayedo centenario de Ordesa, siempre con el río pegado, van surgiendo las cascadas, desde Arripas, la más sencilla y una de las más hermosas e inaccesibles hasta el Estrecho, sin duda la más espectacular y atronadora. Desde aquí el paisaje lentamente se va abriendo hasta llegar a la cascada de las Gradas de Soaso, escalera natural que da acceso a los pastos alpinos de Soaso, donde, si el día amanece sin nubes, pueden contemplarse las grandes alturas del Parque, incluyendo el Monte Perdido (3.355 mtrs). Un esfuerzo más y llegamos a la Cola de Caballo donde podemos descansar un rato antes de emprender nuestro regreso. Recomendamos especialmente, ir y volver utilizando la misma ruta debido a la mayor dificultad y riesgo que entraña hacerlo por la Faja de Pelay.
Curiosidades; el hayedo de Ordesa muta casi de día en día y no digamos de estación, No tiene nada que ver el hayedo en mayo, en agosto o en octubre.