Este pequeño pueblo del histórico Valle de Broto, oculta tras lo enjuto de su tamaño, un patrimonio cultural y etnográfico casi legendario. Algo que os contaremos en próximas ediciones porque hoy, vamos a continuar la serie que nos ocupa, por lo que charraremos exclusivamente de sus ermitas.

En Oto se conservan dos; una de muy sencilla visita y otra que hay que ganársela a base de sudor y pierna.

Empezamos por lo fácil.

San Sebastián fue levantada, seguramente a comienzos del siglo XVII cuando Oto rompió los corsés de su antigua muralla y el nuevo barrio que nació tras ella, quiso tener su propio templo. Con el tiempo y la despoblación, esta iglesia pasó a convertirse en ermita solo que, inserta en su casco urbano, no parece tal. Como curiosidad, desde allí comienzan dos interesantes caminos; el de Yosa, con su circo y pueblo abandonado y el de la Selba de Fragen, antiguo ramal del camino real que atraviesa uno de los mejores bosques caducifolios del Pirineo.

Ahora vamos a lo difícil.

Para llegar a la ermita de la Asunción recomendamos no coger la pista forestal; en primer lugar porque no gustamos de que los coches se metan hasta lugares tan delicados y en segundo porque existe una senda que, partiendo desde el mismo Oto, bajo la arcada de su antigua muralla y siguiendo la senda de pinturas blancas y amarillas de pequeño recorrido, en una breve pero exigente ascensión de unas dos horas se llega hasta ella.

La Asunción me ha resultado siempre un gran misterio. Parece incuestionable que es obra del siglo XVII pero no hemos encontrado restos de pueblos perdidos o pardinas en la zona por lo que parece ser que, efectivamente, a nuestros antepasados les dio, por fe y creencia, por levantar semejante edificio a 2.000 mtrs. Las vistas son impresionantes, con un control absoluto de todo el valle de Broto desde el Mondarruego al norte hasta Peña Cancías al sur. Una esfuerzo que merece la pena si frente a su puerta, uno disfruta de buena pitanza y buen bebercio y que se redondea si nos da por terminar el ascenso hasta el Pico Manchoya, justo al oeste del eremitorio.

Tiempo: 3,30 ida y vuelta

Dificultad: media