San Mames de Asín

He de reconocer mi absoluta debilidad por Asín de Broto.

Este escarpado enclave, pueblo más alto del Valle al cual pertenece, goza no solo de una solera antiquísima plagada de historia sino de una de las mejores vistas que se pueden disfrutar en el Pirineo. Asín es pueblo de esconjuradero, de arzobispos y militares famosos y también de ermitas que es lo que ahora nos interesa.

Para llegar a la que para mí es reina de las ermitas del valle de Broto, se debe atravesar el pueblo hasta su lavadero, uno de los pocos que sobreviven de estas antiguas construcciones, antaño lugar de chisme y sociabilización forzosa y hoy lugar de retiro donde el ruido del agua ayuda a darle trabajo al coco.

Desde allí arranca una angosta y breve senda que en poco trecho nos deja conectados con la pista forestal que comunica, tras poca caminata, con la ermita.

San Mames es obra del XVI, seguramente construida sobre otra románica anterior, tal vez incluso un poblado. Su maravillosa situación, atalaya defensiva sin duda, y el hecho de que cuando se alzó la primera esta era tierra de frontera, explicarían esta teoría.

En San Mames se disfruta de la vista y de su Cristo, una de las escasísimas imaginerías románicas que sobrevivieron a la hecatombe de 1936.

Duración: 2 horas ida y vuelta

Dificultad: Sencilla